viernes, 2 de septiembre de 2016

relato. Por Anahi

Soy travesti de closet, y comence a la edad de 13 o 14 años, aunque antes de eso, ya cuando tenia siete u ocho años, un chico mayor que yo y sus amigos, me vistieron con ropa de una de sus hermanas, condicion que me pusieron para dejarme jugar con ellos. Resulta que estabamos en la casa de el, y su familia no se encontraba en esos momentos, me dijeron que necesitaban para jugar a una niña, y que si queria jugar tendria que ser yo. Asi que acepte, el chico fue al cuarto de su hermana y saco ropa de ella, un calzoncito, corpiño, calcetas, vestido y zapatos. Me vesti en el baño el cual tenia un espejo de cuerpo entero en una de las paredes, me vi en el cuando termine de vestirme y me senti como una verdadera niña. Cuando sali del baño los chicos empezaron a silbarme y a piropearme lo que a mi me encanto, me sentia soñada. A esa corta edad (ellos tenian 12 Años), eramos un tanto ingenuos, y lo que hicieron durante el juego, fue abrazarme y repegarseme por detras, ademas de acariciarme las nalgas y las piernas. Esas experiencias se repitieron constantemente que sus padres salian de casa mas om menos durante un año, que fue cuando mi abuela se cam,bio de casa. Despues de eso me gustaba mucho sentarme como niña con las piernas juntas o cruzadas y ya para la edad que les comente al pricipio empece a ponerme ropa de mi mama cuando me quedaba sola en casa. Hoy en dia, aunque llevo una vida normal con familia, sigo disfrutando de mi lado femenino cada que me quedo a solas en casa. He tenido algunas experiencias sexuales de agasajo, manoseo y oral, y solo una vez me han penetrado. Se que muchas de ustedes chicas viven lo mismo y lo disfrutan al igual que yo. Animo hermosas, bessos. Luego les cuento alguna de mis experiencias.

voy a continuar con un relato que se publico el dos de junio, sobre unos chicos mayores que yo que me vistieron de niña. No sé si eso influiría para que, poco tiempo después me diera por enredarme las toallas de baño de mi casa a manera de falda, pues me gustaba ver mis piernitas blancas y gorditas saliendo de estas, esto obviamente lo hacía cuando mama no estaba en casa, y aun delante de mis hermanas mas chicas que yo, que eran igual de ingenuas. Esto lo hacía esporádicamente cuando mama no estaba en casa, y aunque mi desarrollo como niño transcurría con normalidad, debo confesar que como a los once años llegue a sentir atracción por uno de mis amigos, pues cuando jugábamos, siempre buscaba yo, la manera de estar cerca de él, de que me abrazara o me tocara, pues eso, ahora lo sé, me excitaba. No fue más allá la situación, como dije seguí con mi desarrollo normal, y esporádicamente seguía utilizando las toallas de baño como minifalda o falda abierta, ya sea por un lado o por el frente como se usaban en ese entonces, pues me gustaba mucho mirarme las piernas, como ya dije, siempre las tuve muy blancas y gorditas. Recuerdo que cuando tenía como doce o trece años, mi abuela me compro un pantalón de vestir color café oscuro, sin presillas para cinto y sin bolsas traseras, el corte del pantalón resaltaba mis glúteos (los cuales tenía redonditos y grandes), pues me quedaba ajustado de las caderas y un poco menos ajustado de las piernas. En una ocasión que andaba en el centro, pues había ido a la biblioteca a hacer una tarea de la secundaria y traía puesto ese pantalón, un viejo que paso a un lado de mi, me agarro las nalgas al tiempo que me dijo: “mamacita nalgona”. A mí me dio mucha vergüenza, le alcance a decir: “¡viejo estúpido!”, y hasta me pareció que la voz me salió medio afeminada, lo cierto es que después cuando recordaba ese suceso, me excitaba mucho, entonces comenzaba a fantasear, que el tipo ese me arrinconaba en alguna pared y me comenzaba a acariciar, aunque fue algo pasajero. Ya en la adolescencia, como a los catorce años, buscando algo en uno de los roperos que teníamos, me encontré una falda de mama de cuando estaba soltera, era color beige claro, entubada, como de lana y con forro interior, muy bonita y bien conservada, no me pude resistir y la deje un poco mas oculta ahí mismo y en la primera oportunidad que tuve, al quedarme solo en casa, me la puse, me quedaba ajustadita de la cintura, pues mama tenía una cintura muy delgada antes de casarse, y apenas arribita de la rodilla, sentirla en mi piel, en mis caderas y luego mirármela en el espejo fue una sensación fenomenal. Aunque ya no era tan ingenuo, no se me hacia correcto, ni higiénico ponerme la ropa interior ni de mama, ni de mis hermanas, por eso la falda me la ponía con mis trusas, aunque de todos modos no usaba trusotas de esas blancas teycon sino bikinis, y casi siempre me quedaban muy ajustados, tampoco me ponía sus blusas, pero si me ponía sus medias y sus zapatos de tacón, los cuales en ese entonces todavía me quedaban. Y así seguí esporádicamente, cada que se podía, poniéndome esa falda o ya después, alguna otra de mis hermanas, las medias y los tacones de mama. Luego les cuento mas.

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